Nadie es dueño de nada, todo es una ilusión, aquel que ya perdió algo que daba por hecho al final aprende que nada le pertenece, y si nada me pertenece, tampoco tengo que perder mi tiempo cuidando cosas que no son mías: mejor vivir como si hoy fuera el primer (o el último) día de mi vida.
Aunque mi objetivo sea comprender el amor y aunque sufra por culpa de las personas a las que entregué mi corazón, veo que aquellas que tocaron mi alma no consiguieron despertar mi cuerpo, y aquellas que tocaron mi cuerpo no consiguieron llegar a mi alma.
Puedo escoger entre ser una víctima del mundo o una aventurera en busca de su tesoro. Todo es cuestión de cómo ver la vida.
¿Miedo de qué? En verdad, soy yo la que debería estar temblando. Soy la que salgo, voy a un lugar extraño, no tengo fuerza física, no llevo armas.
Aquel que se entrega totalmente, que se siente libre, ama al máximo. Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie. Ésa es la verdadera experiencia de la libertad: tener lo más importante del mundo sin poseerlo.
Apartarse de la pasión, o entregarse ciegamente a ella, ¿cuál de las dos actitudes es la menos destructiva?
El amor no está en el otro, está dentro de nosotros mismos; nosotros lo despertamos. Pero para que despierte necesitamos del otro. El universo sólo tiene sentido cuando tenemos con quién compartir nuestras emociones.
Estamos dejando morir una de las cosas más importantes de la vida, necesitaba ser salvada por él, necesitaba ser salvado, pero no me dejó otra elección.
I love you but I gotta stay true my morals got me on my knees I'm begging please stop playing games I don't know what this is cos you got me good just like you knew you would I don't know what you do but you do it well I’m under your spell You got me begging you for mercy why wont you relase me you got me begging you for mercy why wont you release me I said release me Now you think that i will be something on the side but you got to understand that I need a man who can take my hand yes I do You got me begging you for mercy why wont you relase me you got me begging you for mercy why wont you release me I said you’d better release
La llamaron Norma Jeane Baker, pero enseguida quiso cambiarse de nombre. Ese nombre y ese apellido le pertenecían tan poco como su padre, el cual era un desconocido; y su madre, una mujer atormentada por la vida que acabó en un manicomio. Creció entre amigos y vecinos, ni siquiera tuvo hermanos. Su primer nombre artístico fue "Jean", en honor a su actriz favorita Jean Harlow. Pronto se lo quitaron de la cabeza, le propusieron el de otra estrella del cine: Marilyn Miller. Con insistencia logró reemplazar Miller por Monroe, el apellido de soltera de su madre. Sus primeros pasos fueron la fotografía y aparecer en portadas de revistas masculinas: una auténtica pin-up, la imagen de niña mona e inocente que tanto gustaba a Estados Unidos en la década de los 40.
El despegue de su carrera artística fue tan difícil y traumático como el propio final. Directores abusivos que no valoraban su trabajo, incapacidad para memorizar los textos, un matrimonio que la hizo feliz, otro que no. Era consciente de que su continuo personaje de "rubia tonta" estaba calando hasta su propia vida, pero insistía en superarse cada día más y llegar a ser una gran estrella. Sentía que nada de lo que hacía en su vida tenía una continuidad, solo felicidad momentánea, pero estaba convencida de que si debía ser el símbolo de algo, quería ser el de la cordura más que de ninguna otra cosa.
Quizás su manera de morir fue la más significativa, la que más resumía su vida. Desnuda sobre la cama con el teléfono en la mano y con una dosis excesiva de barbitúricos en su cuerpo. Tenía el cuerpo más envidiable del momento y quizás del presente, necesitaba continuamente hablar con alguien, sentirse querida y apoyada; pero su único apoyo fueron los antidepresivos.